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viernes, 29 de mayo de 2020

LA RESPUESTA INMUNITARIA INESPECÍFICA

Vamos a estudiar la segunda línea defensiva del organismo. Si recordamos, teníamos una primera línea que era la piel y las mucosas con sus secreciones correspondientes: saliva, lágrimas, sudor, cera, fluido vaginal, etc...

Si el microorganismo consigue pasar esta primera barrera, enseguida se pone en marcha la segunda, que es una respuesta inespecífica, es decir, el mismo mecanismo para cualquier bacteria, virus u otro microbio que pueda infectarnos. Hay dos mecanismos que se ponen en marcha: 
        
         LA REACCIÓN INFLAMATORIA

         EL SISTEMA DE COMPLEMENTO

Estudiaremos primero la reacción inflamatoria. Seguramente que en muchas ocasiones de nuestra vida hemos visto cómo sufríamos la inflamación de alguna parte de nuestra cuerpo: un tobillo, una encía cuando un diente tiene caries, la propia piel cuando nos caemos o hacemos una herida. En general, se caracteriza por aumento de tamaño (tumor), dolor, zona con color rojizo (rubor) y aumento de la temperatura local (calor). Rápidamente buscamos la forma de bajar la hinchazón y quitarnos el dolor. En realidad esta reacción del organismo es una defensa sin la cual perdemos una buena oportunidad de parar la infección. Lo que ocurre es que a veces la inflamación es tan potente que los problemas que nos origina son más grandes que la propia infección. La función de la inflamación es destruir al agente invasor y restaurar las zonas dañadas del cuerpo.
Caraterísticas de la inflamación: rubor, calor, dolor, tumor

Debéis fijaros bien en el dibujo de la página 336 para seguir todas las etapas de la reacción inflamatoria:

1. Producción del estímulo desencadenante: microbio que entra en el interior del organismo.

2. Producción y liberación de mediadores de inflamación: las propias células de la región infectada  y algunos glóbulos blancos segregan histamina, serotonina, prostaglandinas y proteínas del complemento. Estos mediadores van a provocar determinadas acciones:
      a. Vasodilatación de los capilares en la zona para que aumente el flujo sanguíneo y con ello el número de glóbulos blancos, anticuerpos y componentes del complemento.
        b. Aumento de la permeabilidad de los capilares para que salgan de la sangre los fagocitos que ataquen a los microorganismos.
         c. Atracción e los fagocitos (glóbulos blancos) hacia la zona infectada por mediadores químicos (quimiotaxis)

Igualmente hay que seguir la explicación con el dibujo de la página 337.

En segundo lugar tenemos el sistema de complemento que es un conjunto de proteínas de la sangre (plasmáticas) que están dispersas pero que ante una infección forman una estructura llamada "complejo de ataque a la membrana" de las bacterias, protozoos, hongos... para que se desequilibren osmóticamente y mueran. Se trata como de hacerle agujeros a estas membranas. Ver dibujo de la página 337 abajo a la derecha. Además, el sistema de complemento activa la inflamación y señala las células invasoras (opsonización) para ser atacadas mejor por los fagocitos.
Esas proteínas están separadas y hay que organizarlas para que formen esos complejos de ataque y sólo se hace ante determinadas señales que provoca la infección.
La activación del complemento  se produce por la unión en cascada (secuencial) de determinados componentes (tardíos) C5, C6, C7, C8 y C9.
Para que estos se organicen en el complejo de ataque se tiene que activar un componente central que es C3 cuando se desdobla en C3a y C3b. Esto ocurre si se estimula C3 por la vía clásica con la intervención de anticuerpos (IgG o IgM) o por otros factores D y B que son componentes tempranos del complemento producidos por las membranas y envolturas de los invasores cuando nos infectan.











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